“A Salto Alto – Entre xentilezas e exterminios” cuenta la historia de siete personas sin nada en el bolsillo, pero con el cuerpo lleno de capas de libertad, represión valores, colonización y transgresión que, al tener acceso a otra manera de vivir, se desnudan de sus experiencias para vestirse de esta otra realidad. Pero, como la capa más profunda de sí mismo siempre permanece, lo que es visto en escena es cómo los personajes se adentran en un ambiente de lujo y ostentación, del cual nítidamente no forman parte. El espectáculo se desarrolla a partir de esa tensión, entre un ambiente formal y refinado y personajes que cargan en su esencia la irreverencia de quien tiene que reinventar y resignificar la vida a cada instante.

A Salto Alto profana la fábula clásica de Cenicienta y se aproxima a la estructura de la crónica argumentativa. Tiene como crítica principal la vanidad y el consumismo desenfrentado de nuestra sociedad. Los arquetipos de la fábula, tales como el hada madrina, la madrastra, las hermanas envidiosas, el príncipe, la Cenicienta, así como el gran baile, las campanadas de medianoche y el zapato de cristal son elementos que atraviesan los personajes y todo el espacio escénico y que conforman la crítica social del espectáculo.